Yesica Garza

Hallan tumba de famosa reina guerrera maya en Guatemala

Kalomt’e K’abel, soberana del siglo VII, era considerada una diosa por sus súbditos, por luchar contra Tikal, el principal reino maya.

Kalomt’e K’abel -esposa del rey Wak K’inich Bahlam II- fue una combativa monarca maya que gobernó en el siglo VII el estado de Calakmul, una comunidad maya enemiga del poderoso rey Zotz y su reino Tikal, ubicado en el norte de Guatemala.

Aunque un sinnúmero de evidencia arqueológica documentaba su existencia, sitúandola el año 692, arquéologos dieron en junio con la tumba de una reina guerrera, y ayer confirmaron lo que sospechaban: es el sepulcro de Kalomt’e K’abel.

El hallazgo fue hecho en Peru-Waka, en la región de Petén, al norte de Guatemala, por expertos encabezados por el arqueólogo de la U. de Washington en St. Louis (EE.UU.) David Freidel y la arqueóloga guatemalteca Griselda Pérez,

Lo más llamativo del descubrimiento es que la tumba contenía una serie de joyas de jade, lascas y navajas de obsidiana, por lo que Freidel incluso, la compara con al de Tutankamón. “Al igual que en la de Tutankamón, a esta tumba no se volvió a entrar y tampoco fue asolada por saqueadores, ya que tenía todos los contenidos originales”, dice el experto a La Tercera.Freidel añade que la tumba estuvo a salvo de los saqueos pues se encontraba a 11 metros bajo tierra.

En la cripta también se halló una pequeña vasija de alabastro decorada con la imagen del rostro de una anciana, con la inscripción del nombre de la reina y en cuya tapa tiene tallado en relieve el rostro de un hombre, al parecer el rey, esposo de la soberana. Este objeto fue pieza clave para identificar a la reina (ver foto).

Freidel aseguró que se trata del hallazgo más importante que ha hecho en los 43 años que lleva trabajando. “Rara vez se descubren tumbas mayas por programas de investigación científica. La mayoría son descubiertas por los saqueadores, que toman sólo un par de cosas y destruyen el contexto”.

Según el experto, ella era la líder militar suprema de su reino y tenía un nivel próximo al de una deidad en su época.

Los restos de la soberana fueron trasladados a un laboratorio para ser sometidos a más exámenes y un análisis de ADN.